Veterinaria Salburua

Mascotas y niños

Para un niño criarse junto a una mascota tiene grandes beneficios. Les enseña responsabilidad, convivencia, e incluso hay estudios que demuestran que hay beneficios para su salud. Todos nos imaginamos la situación ideal de un bebé durmiendo junto a su querido gato, o de un niño paseando junto a su perro, pero llegar a esa situación ideal no viene «de gratis», requiere de algo de trabajo de nuestra parte.

En primer lugar, tendremos que tener en cuenta «quien estaba primero» en casa. Si tenemos un perro adulto y poco acostumbrado a los niños, será buena idea hacer una habituación. Ponerle cintas con sonidos típicos de bebes, pasear con él y con el carrito antes de que llegue el bebé… Cuantas más situaciones pasen a ser normales antes del gran cambio, mejor. Si tenemos dudas de como se está habituando nuestro perro, o creemos que puede haber problemas, lo mejor es contactar con un profesional antes de que llegue el bebé; son los que mejor pueden ayudarnos a dar los pasos correctos.

Si tenemos un niño y queremos introducir una mascota, tendremos que tener en cuenta ciertas cosas a la hora de decidirnos. Un cachorro se acostumbrará más fácil al niño, pero también es cierto que dan mucho trabajo, y quizá juntarnos con dos pequeños terremotos, de dos y cuatro patas, no sea la mejor idea. Si no disponemos de mucho tiempo para pasear, por ejemplo, podemos optar por un gato, pero será importante también que sea un animal tolerante con los ruidos y movimientos que pueda hacer un bebé. Lo mismo si adoptamos un perro adulto: es importante asegurarnos de que es compatible con niños.

Vigilancia constante: bajo ningún concepto debemos dejar a la mascota y al niño juntos. Da igual lo bien que se lleven hasta el momento, tanto el niño como la mascota pueden hacer algún gesto imprevisto y asustar o dañar al otro. Por la seguridad de todos, jamás deben quedarse solos sin supervisión.

Dado que vigilaremos todas las interacciones, observaremos ya no solo que sean seguras, sino agradables para todos. Gran porcentaje de los mordiscos dentro del hogar son dirigidos a niños, y ocurren cuando no nos damos cuenta de la incomodidad del perro en ciertas situaciones. A los profesionales del sector se nos hiela la sangre cuando vemos a un niño jugando violentamente con un perro mientras el padre dice «no te preocupes, nunca le hace nada».

Una gran idea es incorporar al niño en los momentos más divertidos que pasemos con nuestra mascota. Incorporarle por ejemplo a las sesiones de entrenamiento hará que el perro aprenda a obedecer al niño y a verle como un miembro más del grupo, y a que lo asocie con cosas divertidas. Y a los niños les encanta participar en las sesiones.

Que un niño y una mascota se críen juntos puede ser una aventura maravillosa, y es la forma de formar adultos responsables y amantes de los animales. Pero pueden surgir problemas por el camino: si vais a lanzaros a esta nueva aventura, o si estáis inmersos en ella pero os cuestionáis sobre alguna situación, no dudéis en contactar conmigo, estaré encantada de ayudaros a que todo salga a la perfección.

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